5 feb 2016

Unas palabras de Andrés Sánchez Bonillo

Como lo prometido es deuda. Hoy he tenido tiempo para empezar a escribir en mi blog, lo primero que voy a realizar es transcribir el discurso realizado hacia mi persona por mi compañero y amigo Andrés.
Mi querido y entrañable amigo y maestro Antonio:
Cuando me invitaron a decir unas palabras en este acto de  tú liquidación, perdón quería decir de jubilación administrativa, dije si quiero sin dudar. Un instante después, al enfrentarme a ¿qué decirte?, se hicieron presentes en mí mente los temores propios de una persona que quiere hacerlo perfecto ante un acto de la injundia de este.

El primero, no resultar tedioso y tormentoso como los claustros en los que nos conocimos, aunque en la distancia del tiempo, les concedo su puntillo y recuerdo con simpatía y agrado a todos los que estábamos por allí.

El segundo, ¿y si no le gusta a la peña?, entonces discurrí si todos los que estamos aquí te queremos y nos sentimos tus amigos y yo todo lo que voy a decir es bueno, les tiene que gustar inevitablemente.

El tercero, ¿recojo o no aspectos de su biografía?, no por razones obvias, así que estas palabras son mi mirada personal y nacen de mi experiencia contigo en el hoy percibido como breve segmento vital de unos seis cursos escolares, y por tanto una opinión absolutamente subjetiva; y, desde luego, sin recortes, no te voy a hacer un ZP-Rajoy en mis elogios a tus excelencias como persona y maestro.

El cuarto, si desde el minuto cero sé como voy a terminar estas palabras, ¿cómo las comienzo?, el primer impulso fue: ¿qué hace un maestro como tú en un homenaje como este? decidí que esto no pega, pues si bien es cierto que eres un tanto rebelde y transgresor, no lo es menos que siempre sabes y has sabido estar, que siempre separas la rutina de las ocasiones, las anécdotas de lo importante  y , además de eso, eres conservador de las sanas y buenas costumbres entre colegas. En conclusión Antonio, permíteme que insista, aquí estas para dejarnos que te digamos cosas bonitas y sentidas, que te  agasajemos, y recojas una pequeña muestra de lo mucho y bueno que has sembrado en nosotros y en tú dilatada vida de docente, de la cual hoy te despides, pero no de la otra, si hombre de la de MAESTRO pues eso lo serás siempre.

Así pues he decidido empezar por querido , no en su significado de relación clandestina, sino en el de persona querida. Que nadie piense que entre tú y yo no han habido diferencias, las hemos tenido y las tenemos, pero frente a ellas siempre hemos puesto tres cosillas: respeto, diálogo y generosidad, tres valores con los que se crea ese espacio tan maravilloso llamado compañerismo; y tú Antonio eres un magnífico compañero, siempre estuviste cuando yo te necesité” ¡gracias amigo!.

La otra palabra es entrañable, y lo eres por dos razones: la primera, por ser un magnífico ejemplar de lo que yo llamo Maestros de la Transición, a saber, aquellos que iniciasteis la carrera administrativa con la democracia llevando el sistema educativo de la vara, la tarima y el crucifijo  al programa 2.0, a las aulas tic, etc, en definitiva a la modernidad.

Una generación en peligro de extinción, que comenzó siendo Maestros Nacionales de EGB para terminar siendo Maestros Transferidos de Educación Primaria.

Maestros con señas de identidad propias e inequívocas: progresistas, renovadores, de una ética y estética intachable, comprometidos, de sólida y contundente formación académica y docente, solidarios, tolerantes pero no permisivos, defensores del diálogo pero no del todo vale, sensibles, cercanos y accesibles a sus alumnos pero no coleguillas, flexibles y comprensivos pero exigentes, etc.

La segunda, Antonio eres entrañable por estas bendecido por los dioses con el don de ser maestro. Se nota que tu ADN lleva codificado el  abc de la docencia. Eres de esos maestros a los que todo el mundo quiere, de los que haces fácil el arte de enseñar y que sus alumnos le siguen como si fueras el auténtico flautista de Hamelin.

Bueno, ahí va la despedida: yo me quedo con los maravillosos ratos que he pasado en tus reuniones de ciclo, con los momentazos en conserjería con Federico cuando nos poníamos verdes-bordes con las maestras,  con tú excelente humor de mañana, con las tertulias en los recreos cuando coincidíamos, con tú habilidosa habilidad para moderar y llevarnos al huerto del entendimiento, y tantos momentos buenos que se quedan en el recuerdo de ese breve instante de nuestras vidas.

Ya sabes que  te controlo en facebook y te deseo que en el resto de tu vida  tengas un HORARIO MACIZO de felicidad.



Querido y entrañable amigo y compañero

Momentazos en Conserjería

Horario macizo de felicidad

Que feos que somos y que guapa es Gelen

Te controlo en Facebook
Andres Sánchez Bonillo

Exmaestro que te admira, respeta y quiere.