Cuento 1 La presentación
Cuando era muy pequeño, apenas con cuatro años me quedé sin padre, solo mi familia era mi madre, hermano y yo, lo vecinos y poco más. No noté la falta de mi padre porque mi madre lo era todo para mi, siempre estuvo atenta a todas y cada una de nuestras necesidades no nos faltó de nada, pero el ambiente familiar no estaba ahi, mi tia Carmen estaba con nosotros ella era la que nos preparaba el desayuno, aunque yo no me daba cuenta, poco a poco fui creciendo y ocurrió algo importante en mi vida y fue que unos amigos de mi madre Paco y Dolores me llevaron en una moto a los Albaricoques y fue alli donde empecé a conocer lo que fueron mis tíos y primos. Pero el personaje de esta historia aparece de una forma matriarcal en aquella casa sentada haciendo su comida al calor de la lumbre. Se levantó majestuosa con ese pelo blanco y su moño, tez blanquecina, cara redonda ojos grandes y me pareció alta, me dio un par de besos, invitados a comer aunque ya habia comido en casa de mi tío Frasco, le decía la tía Virtudes, no se por qué, ya que a mi madre solo le decían Virtudes, era cosa popular. Con el tiempo me enteré que la tía Virtudes tenía un fuerte carácter y era muy respetada en el pueblo.
Cuento 2 La fiesta.
En otro de mis viajes al pueblo era en verano, tendrían unos doce años, solo conocia las fiestas del Barrio Alto, alli eran distintas los niños correteaban de un sitio para otro viendo las carreras de cintas, pero mi novedad mas grande era la verbena donde allí empecé a bailar, recuerdo que era de la capital todos querian estar conmigo, pero he aquí que mi abuela me decía que habia que volver pronto a casa, ya que por la mañana habia que madrugar para ir a coger higos, e ir a por agua al pozo. Lo de los higos me encantaba porque me subía a los árboles, pero mi abuela era ina especialista ya que con el bastón o cayao cogía mas que yo y a mi me picaban los brazos. A la vuelta me daba un buen tazón de leche con galletas, me pelaba algunos higos. Una vez no me dejó ir a la fiesta de otro pueblo ya que era el mas pequeño de los primos y dedico a pasar la tarde noche conmigo, hablando de la familia, de las películas que rodaban alli, de sus vecinos y sus disputas por los límites de las tierras
Cuento 3 El campillillo. Era como lo definen al Campillo de Doña Francisca, una cortijada de casa formada por varias familias, en mi caso alli vivian la familia Martínez entre otras, mis tias y primos estaban allí. En uno de mis viajes mi abuela decide que tenia que ir a ver mi familia por parte de mi padre, se lo propuso a Manuel Indala, Una persona muy querida en el pueblo y persona de confianza de mi abuela, fuimos andando a visitar a mis tias primero, el pueblo estaba a unos 45 minutos. Por el camino iba observando aquel campo de secano, con higueras y almendros a la orilla del camino, Manuel me hablaba de mi familia a la que iba a conocer por primera vez, desconocía la historia de mi padre y mi madre, ni me la llegué a plantear. A la entrada del campillo habia una enorme caseron donde vivian dos personas mayores eran mi tia Maria y Dolores, ellas se portaron con mucha amabilidad ofreciendo comida, recuerdo que una de las veces que fui nos hicieron patatas fritas y huevos, almendras.
En ese viaje Manuel me contó donde estaba las tierras de mi padre, los almendros e incluso hasta los límites, pero un niño de diez años es imposible retener.
En otro de los viajes al Campillo conocí Joaquín Góngora un tío político mio, que estaba de pastor y algo me habló de mi padre que le regaló una oveja a mi hermana (Ya fallecida con 28 meses), pero nada mas.
Cuento 4 El encuentro con mi madre
Nunca me llegué a preguntar la relación de mi madre con mi abuela, vivíamos en un mundo donde mi madre nos tenía entre algodones, no nos faltó de nada, a veces notaba en mi persona algo de frialdad y cariño hacia los demás, siempre quise tener amigos pero pocos, y la historia llega de que mi madre se tiene que operar del páncreas, en los años 70 era a vida o muerte, fue por entonces que mi abuela decide venir a encontrarse con su hija, no lo vi pero la sensación que tuve fue que algo importante pasaba en aquellos días, mi madre y mi familia todos aquel día preocupados por la operación, siempre supe que mi madre no le iba a ocurrir nada, aunque estaba en peligro. Le oí decir a mi abuela, " estos niños se van a quedar sin madre" no hay que dejarlos, noté que sintió una compasión hacia mi persona. Apenas tenia diez años.
Cuento 5 Hasta siempre
Nuestra relación se hizo cada vez mas continua e iba mucho al campo, dormia en su casa y nos pasamos mucho tiempo juntos, le tome un cariño especial. Pero los años no perdonan se tuvo que venir a Almería, primero a mi casa y después a casa de mi tía Carmen, tras una enfermedad grave se nos fue aquella imagen de persona con un carisma especial, a la que muchos la queriamos ya que era toda una institución, especialmente para mi familia y el pueblo. Simplemente abuela un recuerdo tuyo en mis lineas que quedan aqui para siempre. Gracias por existir y dar la vida a mi madre. Una gran mujer.