En mis largos paseos que realizo durante el verano, partiendo de la ermita de Torregarcia a la altura de la Torre vigia, lugar donde empieza mi recorrido, alli nos ponemos bien de crema para no quemarnos e iniciamos nuestro recorrido, una gorra y una botella de agua, sandalias en mano y móvil en el bolso iniciamos la partida desde primeras horas de la mañana 10,30 aproximadamente.
La arena de playa está bien para ir descalzo pero hay zonas donde es preciso ponerse las zapatillas. Durante la primera media hora, observamos pocas familias y aficionados a la pesca situados mas o menos en el mismo lugar. Me apena como dejan la playa los domingos, está toda sucia de plásticos, botellas …. de todo tipo de suciedad que personas que van allí dejan su huella, no respetan el medio ambiente, no hacen nada por conservar este precioso parque natural, ¿que piensan estos individuos que dejan la suciedad en la playa? No es ahora, ha sido siempre, por muchos carteles que pongan siempre habrá unos incívicos que no piensan nada mas que en ellos mismos, en pasárselo lo mejor posible, lo de la naturaleza no es para ellos, no tienen conciencia ciudadana, no me explico la herencia que les dejarán a las futuras generaciones.
Siguiendo con el paseo, vemos naturistas, son ya conocidos de todos los días, es una playa que hay poca gente que te permite realizarlo sin el intrusismo de los mirones de turno.
Casi a los cuarenta minutos del camino, nos encontramos con un bunker de la guerra civil, lo observo a lo lejos, pienso en la historia que nos podría contar aquello, la de personas que han pasdo por ahí de alguna u otra manera pero perviviendo para el futuro, un modelo de una guerra que nunca tuvo que ocurrir.
Miro el reloj y llega la hora del baño, continuamos el camino durante veinte minutos mas, hasta llegar al charco del Cabo, cerca de la playa, allí viven unos patos, algunas plantas, es un lugar que merece la pena visitar, no me canso de fotografiarlo.
Al fondo veo el pueblo de Cabo de Gata, hay una media hora desde la charca hasta el pueblo, está mejor cuidada que la anterior visita, mas cantidad de gente, conforme te vas acercando se va poblando de bañistas. Llegas al pueblo, la playa esta mucho mejor y poblada.
A la llegada al pueblo, mirar el reloj y ver, que queda una hora y media del camino de vuelta a la ermita de Torregarcía. Al final han sido tres horas de hacer ejercicio paseando por la playa y mañana las piernas te lo dirán.
Una experiencia que muchas personas pueden realizar.
Hay también un camino por donde circulan vehículos, aunque aconsejo para una mejor contemplación del paisaje natural unas buenas zapatillas y agua para disfrutar de la flora mediterránea de esta bonita zona almeriense.
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