5 nov 2011

Mis 100 últimos kilómetros del Camino de Santiago

Nuestro Camino de Santiago comienza durante la Navidad del año 2010, Yolanda encontró la necesidad de realizar durante el verano algo nuevo y distinto de lo que realizamos siempre. No se inicia desde el punto de vista religioso, sino desde el cultural, deportivo y paisajístico, pero al final los acontecimientos del camino cambiarán hacia otras perspectivas.

Los preparativos son como alargar durante seis meses un período de tiempo basado en caminar durante los fines de semana y festivos por nuestro paseo marítimo almeriense para acondicionarnos al recorrido por las tierras gallegas.
Además de la ilusión de ir a realizar el Camino, nuestras metas se fijaban en llegar en plenitud de fuerzas al día 5 de Julio. Previamente a la fecha, había navegado por Internet y buscado en las distintas páginas información, reservar nuestros billetes de tren y alojamiento en Madrid.

 Personalmente siempre he buscado la tranquilidad, no me gusta la improvisación, ni mucho menos la aventura, por lo que decidimos realizar el viaje con http://www.peregrinosem.com/ una empresa con muchos años de experiencia, que ha sido la base principal de nuestro viaje, personalmente lo aconsejo para todos aquellos que no tengan experiencia en este tipo de viajes, aunque respeto la opinión de todos aquellos que piensan lo contrario.

Nuestras inquietudes eran cada vez mas mayores conforme se iba acercando la fecha, eran muchos los interrogantes que teníamos, principalmente si podría aguantar las etapas marcadas para la organización del viaje, el calzado, el tiempo, el grupo, el alojamiento, las comidas, el viaje de ida y de vuelta, en fin lo que le supone a cualquier persona salir de su rutina diaria. Nuestro viaje lo voy a narrar en etapas diarias, considerando las siguientes:

El eterno viaje  5 de julio de 2011
Un madrugón para coger el tren de Almería- Madrid casi siete horas de tren lento, con sus paradas y averías correspondientes, las películas de rigor, me dediqué a la lectura de “La cena secreta” de Javier Sierra, mentalmente me iba preparando para hacer el Camino, pero nuestra meta era el llegar a tiempo a la Plaza de La República Argentina. Fuente de los delfines, en Madrid a las cuatro y media de la tarde, nosotros llegamos con una hora y media de antelación. Los compañeros peregrinos iban apareciendo poco a poco en grupos de cuatro o cinco personas, amigos, familiares, conocidos de distintas partes de España. La presentación entre nosotros me pareció un tanto fría, poco a poco con el paso de los días cambiaría.

 En el autobús tomamos contacto con Enrique el organizador y promotor del evento, fue maravilloso, porque una vez realizada la presentación individual de la procedencia de cada uno de los peregrinos (que todavía no éramos), pasó a ponernos en contacto con un juego que se llama la “lotería del peregrino” donde nos da a conocer todos los vocablos relacionados con Galicia y la peregrinación a Compostela, estos eran entre otros: peregrino, viera, capilla, camino, Compostela, mochila, rutómetro, agujetas, a feira, sello, vereda, flecha, credencial, ría, puente, cruceiro, queimada, brujas, así hasta un total de 99 palabras, los trofeos eran pequeños detalles que la esposa de Enrique, entregaba a las tres líneas y tres bingos que hubo, cabe destacar sombrero, gafas, camisetas, guías de Santiago…la finalidad principal era entretener al personal, objetivo conseguido, para que nuestro viaje no se eternizara, íbamos bastante cansados y la primera noche se hizo muy rápida ya que no me dio tiempo a saber como era nuestro alojamiento.

Sensaciones vividas en este día, me hacen marcar el sentido de las personas hacia la creación de nuevas amistades, la desconfianza hacia lo nuevo.

Primer día “ la pe” 6 de julio de 2011
Salimos muy temprano de Sarriá, donde cogemos las credenciales (cartilla donde colocamos sellos de iglesias y bares a lo largo del Camino). Nos llevó el autobús al kilómetro 100 para iniciar el Camino desde Ferreiro a Portomarín, una buena toma de contacto para ver como están la fuerzas y admirar el paisaje verde y frondoso de los bosques gallegos, se camina a buen ritmo Enrique nos espera en Portomarín, le comentamos que todo va bien, el nos dice que al final de la etapa tendríamos la Pe de la palabra peregrino. Aquí visitamos la iglesia de San Juan, continuamos con unos tramos de subidas y bajadas enormes, hasta llegar a Gonzar, breve para y camino hasta el hospital Santa Cruz, con comida en el mesón Labrador, para continuar hacia Ligonde, todo ello salpicado de una exuberante naturaleza, aire puro y toma de contacto de nuestros compañeros de viaje que serán los protagonistas de nuestras alegrías, penas y vicisitudes del camino, ellos son Jose, Fructu y sus hijos Carmen y Jose. Un día para recodar el inicio de una amistad. Seguimos el camino hasta llegar a Ligonde, cerca de las tres y media de la tarde finalizar en Airexe, los kilómetros realizados según unos fueron veintiséis otros decían que más.
 
Al finalizar la etapa nuestras piernas y nuestros cuerpos estaban tan fatigados que no teníamos fuerza para nada. Nos llevan en autobús después de una larga espera, por unos rezagados, a Melide donde tras una buena tanda de masajes, ducha, pastillas para el dolor, recobramos fuerza y a cenar y acostarse de esta dura jornada. 

Durante esta jornada he descubierto mi fortaleza interna ante el sacrificio, me encontraba muy cansado, por otro lado el descubrimiento de unas nuevas amistades en el Camino que lo realizamos juntos hasta el final

La bendición del Camino 7 de julio de 2011
Salida desde Airexe continuamos a Palas de Rei por Ave Nostro donde visitamos la iglesia de San Tirso, el camino es variado, nos cruzamos con peregrinos sobretodo ciclistas que nos adelantan saludando con “Buen Camino” , ese era nuestro saludo, a mi me gustaba decirlo cuando adelantaba a otros peregrinos para animarle a ellos y especialmente a mí. En San Julián, el párroco nos da la bendición del peregrino, tuve la primera sensación espiritual que algo iba a ocurrir en el Camino, pero fue como un halo misterioso apenas apreciable, no quise dar importancia a aquello. Sello y descanso en Levoreiros, para continuar por un camino bastante escarpado, donde casi al final nos encontramos con un pequeño puente romano, seguimos a Furelos en la parroquia de San Juan donde finalizamos la etapa en Melide.
 
Para tomar fuerzas materiales, recomendable un buen pulpo de Melide (Garnacha). Descanso en hotel, por la tarde visita turística a Melide iglesia de San Pedro y Museo.

Una jornada muy variada en cuanto a actividades desde el punto de vista senderismo, turismo, historia, religiosidad y gastronomía

La anécdota 8 de julio de 2011
De mañana temprano caminamos desde Melide hacia Boente, donde nos encontramos con una pequeña capilla dedicada al apóstol Santiago, en Arzúa repetimos de nuevo al apóstol. Es en Arzúa donde nos encontramos con un personaje peculiar que nos relata un poema dedicado a las características de cada una de las Comunidades de España, Andalucía tierra de toreros….duró el poema casi tres minutos, que con el tiempo pasado apenas me acuerdo, pero en aquel momento sentí una especial atención, no solo por sus poemas sino por el diálogo que mantuvo con el grupo de sus vivencias.

Había que continuar y quedaba tres grandes subidas y bajadas, menos mal que el tiempo nos acompañó, era julio, llovía y la temperatura era agradable, por lo que parecía un tiempo primaveral. Galicia nos ofreció su lluvia, no tormentosa sino un chirimiri agradable.
Finalizamos la etapa en Salceda donde nos llevaron al hotel de Melide

Esa misma noche nos invitaron a una queimada por ser la última noche en el hotel de Melide.

Destacaría en este día el gran esfuerzo físico realizado por nosotros, el camino se nos hacía mas duro y las fuerzas aunque nos quedaban, pero los últimos kilómetros se hacían interminables, todo ello se incrementaba aún mas cuando desde el punto de vista emocional conocí la noticia de mi tía enferma.
El dolor Sábado 9 de julio de 2011
Salimos con lluvia desde Salceda, continuamos por Sta Irene para llegar a Pedrouzo, en este espacio nos encontramos con peregrinos de distintas nacionalidades, japoneses, alemanes y una finlandesa, aunque la mayor parte de los peregrino eran españoles, y muchos grupos de ciclistas

La subida de Labacolla se hace muy fuerte, el dolor físico aparece, pero es mayor el espiritual por el fallecimiento de mi tía, estaba en la penúltima etapa del Camino de Santiago, la duda me asaltaba, no sabía si terminar o no el Camino, tenia que regresar por un lado para estar con la familia y con ella y por otro lado sentía tristeza personal por un reto que me había propuesto hace meses y después de tanto tiempo y apenas a menos de veinte kilómetros no podía realizar.
 
La mayor parte de esta etapa estuvo en mi pensamiento entre la divagación de continuar o no. Por otro lado Santiago de Compostela se encuentra a bastantes kilómetros de Almería y me encontraba muy cansado a mi tía ya no le podía hacer nada solo encomendar su alma como verdadero cristiano a Dios, y dedicar toda la acción y sacrificio del camino a ella.
Con todo el dolor del mundo llegamos a San Marcos, vimos el monumento a Juan Pablo II, subida al monte Do Gozo donde almorzamos en la Ciudad de Vacaciones, para finalizar en un hotel a la entrada de Santiago.

Por la tarde necesitaba dar un paseo para quitar mi dolor y pena, durante ese día en la cena Enrique nos sorprendíó obsequiándonos con pequeños detalles atendiendo al distinto tipo de personalidad de cada uno. Respecto a mi me descubrió mi afición hacia la cocina y me regaló una figurita de cocinero tipo salero.

Cabe destacar en este día que algunos compañeros consiguieron la Compostela, puesto que no pararon en el hotel y continuaron cuatro kilómetros mas para finalizar el Camino

Los peregrinos Domingo 10 de julio de 2011
Amanecía pronto, el final estaba a la vuelta del camino, todos estábamos deseando realizar esos cuatro últimos kilómetros que nos separaban, estos fueron de asfalto pero de un cúmulo de sensaciones distintas, veíamos que se acababa pero no teníamos ganas la despedida era inminente, el final estaba ahí, en mi vida he notado unos cuatro kilómetros sin apenas darme cuenta.
 
Nuestro horizonte estaba clavado en el campanario de la catedral, pero teníamos previamente que llegar al hogar del peregrino para rubricar nuestro peregrinaje y conseguir la Compostela. Faltaba llegar al final, la visita a la catedral y al Santo era de obligado cumplimiento, y como no asistir a la misa del peregrino de las doce.

Lo mas satisfactorio del camino es el Camino en si, pero la misa del peregrino fue el grado máximo de religiosidad experimentado en mi persona desde hace muchos años, no se si era por encontrarme emocionalmente tocado, o por sentir el contacto de lo que se produjo allí, una misa donde la devoción de las personas existentes cortaba el aire del sentimiento y emoción que se transmitían entre los asistentes. Jóvenes, adultos, personas de todas las partes de España y del extranjero, asistimos a una misa alegre, sencilla, emocionante, sentimental, respetuosa, irrepetible, inenarrable es preciso estar para vivir esas sensaciones. Aquel día estuve en un estado místico divino, lo manifiesto porque lo viví así.

Después del almuerzo, vuelta hacia Madrid, estábamos cansados pero contentos porque éramos peregrinos, la meta que habíamos soñado Yolanda y yo un día de Navidad estaba cumplida faltaba el retorno. Llegamos a las once y media de la noche al hotel, donde nos despedimos de nuestros queridos compañeros de viaje Jose, Fructu y familia, esperando poder realizar el próximos 100 kilómetros desde Roncesvalles.
El epílogo Lunes 11 de Julio de 2011
Después del descanso en el hotel, salimos a patear Madrid y la visita que hicimos fue a una iglesia, después a la estación del tren y vuelta a casa para llegar a nuestra querida Almería. Durante el viaje estuvimos comentando lo mas destacado del viaje que fueron los siguientes momentos:

•Preparativos y entrenamientos realizados previamente
•Toma de contacto con el grupo.
•Los matices de color verde del paisaje.
•El Camino y sus duras etapas.
•La gastronomía en la pensión.
•Los pequeños pueblos, capillas y cruceiros. Sus gentes.
•Los peregrinos del Camino.
•El buen tiempo. Sin calor y lloviznando.
•Jose, Fructu y familia.
•Santiago de Compostela y su catedral
•La misa del peregrino
Y sobre todo mi esposa Yolanda, que gracias a su empeño no hubiera podido tener esta experiencia.

 

P.-S.

A mi tía Carmen

2 comentarios:

Jorge Ramiro dijo...

Qué bien narrado para ser una crónica de viaje. Es bueno poderse despegar del estilo rígido. Tu crónica es muy agradable para leer. Saludos

AMJ dijo...

Muchas gracias, por tu comentario. Para mí lo importante ha sido realizar el Camino y después dejar este breve relato, para animar a quién lo lea realizar su "camino " para sentir unas sensaciones distintas o parecidas a las mías. Saludos Jorge