Como norma y precepto, todos los años a fin de curso y a fin de año, nos reunimos todos o casi todos los compañeros/as de trabajo para comer.
Primero aparacen las dudas de si cena o comida, aquí se realizan los primeros comentarios de los clásicos, de los modernos, de los que tienen gana de juerga.
Una vez determinada la cena o comida, hay una primera criba de comensales que no van a ir, unos por decreto y otros por conveniencia.
El segundo apartado es la elección del restaurante, aparecen de nuevo las diferencias y matices respecto al lugar y al precio. Hay una nueva selección de personal y de unos pocos que se borran o que no están de acuerdo, sin olvidar que la fecha fijada tampoco le va a venir bien porque se les presentan unos imprevistos de los cuales, le son muy ineludibles para su asistencia.
Al final llegamos o llegan los cuatro de siempre junto con las novedades de turno y empieza la llegada al restaurante con la ropa de gala y los oportunos perfumes, con los distintos piropos de lo bien o mal arreglado.
Toca el turno de la mesa que te ponen en el restaurante y como somos tantos te ponen por lo general una mesa alargada, entonces empiezas a hacerte el remolón para ver como se va a colocar la gente, a unos no le importan con quien caigan pero otros buscan descaradamente la persona o comensales con los que tienen que estar a su lado.
Al final compartes la comida con los que tienes a ambos lados o la pata de la mesa que siempre está ahí y los de enfrente.
Hay un ruido infernal solo te comunicas con los mas cercanos, de ve en cuando suelta alguno algún chiste gracioso, u otro que busca al que no se ha sentado a su lado.
La comida se presenta mas o menos bien aunque cara, para lo que comes, pero un día es un día.
Llega el final de la comida el brindis, siempre hay alguien que suelta un discurso bien para despertar los sentimientos de los allí presentes.
Al final todos felices, todos contentos, nos retratamos fisica y economicamente y unos continuan su marcha tomando copas en los pub que se encuentran atestados de reuniones de personas del mismo gremio, sonrientes, como si conocieran de toda la vida, producto de las alegrias del momento y del día.
Como digo son momentos de la vida que no debemos desaprovechar y mantener en nuestra agenda anual mientras podamos subsistir en esta nuestra sociedad
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