Es un rincón de mi vida, mis pensamientos, ideas, visitas y aficiones en mis momentos de ocio
17 nov 2010
15 nov 2010
28 oct 2010
Hasta "El Cortijo el Fraile"
Finalizaba el mes de Agosto, sentía la necesidad de visitar un lugar próximo a mí, algo en mi interior me empujaba a viajar a lugares que vivieron mis antepasados.
Era un día soleado, cuando emprendimos camino de Retamar hacia los Albaricoques, el paisaje era completamente distinto al de antaño, donde había campos de cultivo de trigo ahora invernaderos, desaparecen las chumberas e higueras del camino, antes solía caminar con mi abuela por aquellos lugares..
El Cerro Blanco está ahí, majestuoso, frente a los Albaricoques, como una unión entre pueblo y naturaleza,con sus algibes, caminos pedregosos entre pitas, olivos, pencas y balates, nos ofrecen pasado y presente de un pueblo con unas personas y con unas tradiciones propias.
Pasados los Albaricoques, se llega al Campillo de Doña Francisca, me entristece ver la casa de la entrada, casi en el suelo, allí vivían mis tías, recuerdo los suculentos desayunos, siempre me ofrecian un par de huevos fritos con tajas de lomo de la matanza y chorizo. Los recuerdos se agolpaban en mi mente, sobre mi familia que ya no está, pero las vivencias se entremezclan en las distintas épocas pasadas.Esas personas agricultores, ganaderos y mineros con sus vidas, sus historias, su manera de vivir la vida en los sesenta, setenta...Con una pureza de existencia de vivir el entorno mas próximo, anclados en el pasado, pero siempre con respeto a esa Naturaleza que para ellos era su vida.
Después del Campillo, (cinco a diez minutos en coche), llegamos al Cortijo El Fraile.
¡Qué tristeza! Está casi en el suelo, abandonado, las paredes y techumbre se están cayendo, la capilla, torre e interior, todo muy deteriorado.
Desde aquí insto a quien corresponda que sea reformado y convertido en un lugar donde podamos visitarlo y recordar su historia ya que fue el punto de partida de inspiración de la obra de Federico Garcia Lorca de Bodas de Sangre y de Carmen de Burgos en su obra Puñal de claveles
Siempre que puedo lo visito, ya que es un lugar que a mi particularmente me inspira paz y mirando hacia el horizonte creo estar viviendo en ese pasado.
En el tiempo de mi visita pasaron turistas italianos y franceses. Merece la pena ir allí, visitar sus campos, abrazar el ambiente que lo rodea, recordar la historia.
Dedicado a todos aquellos que luchamos porque el Cortijo el Fraile, se reconstruya y acondicione, para que sea un lugar de encuentro cultural y social, donde se pueda representar la obra de Lorca y de autores almerienses y cualquier otro tipo de actividad donde los ciudadanos podamos vivir unos momentos de esparcimiento en este paraje próximo al Parque Natural del Cabo de Gata-Nijar
13 oct 2010
5 oct 2010
1 jul 2010
Las comidas con compañeros/as
Primero aparacen las dudas de si cena o comida, aquí se realizan los primeros comentarios de los clásicos, de los modernos, de los que tienen gana de juerga.
Una vez determinada la cena o comida, hay una primera criba de comensales que no van a ir, unos por decreto y otros por conveniencia.
El segundo apartado es la elección del restaurante, aparecen de nuevo las diferencias y matices respecto al lugar y al precio. Hay una nueva selección de personal y de unos pocos que se borran o que no están de acuerdo, sin olvidar que la fecha fijada tampoco le va a venir bien porque se les presentan unos imprevistos de los cuales, le son muy ineludibles para su asistencia.
Al final llegamos o llegan los cuatro de siempre junto con las novedades de turno y empieza la llegada al restaurante con la ropa de gala y los oportunos perfumes, con los distintos piropos de lo bien o mal arreglado.
Toca el turno de la mesa que te ponen en el restaurante y como somos tantos te ponen por lo general una mesa alargada, entonces empiezas a hacerte el remolón para ver como se va a colocar la gente, a unos no le importan con quien caigan pero otros buscan descaradamente la persona o comensales con los que tienen que estar a su lado.
Al final compartes la comida con los que tienes a ambos lados o la pata de la mesa que siempre está ahí y los de enfrente.
Hay un ruido infernal solo te comunicas con los mas cercanos, de ve en cuando suelta alguno algún chiste gracioso, u otro que busca al que no se ha sentado a su lado.
La comida se presenta mas o menos bien aunque cara, para lo que comes, pero un día es un día.
Llega el final de la comida el brindis, siempre hay alguien que suelta un discurso bien para despertar los sentimientos de los allí presentes.
Al final todos felices, todos contentos, nos retratamos fisica y economicamente y unos continuan su marcha tomando copas en los pub que se encuentran atestados de reuniones de personas del mismo gremio, sonrientes, como si conocieran de toda la vida, producto de las alegrias del momento y del día.
Como digo son momentos de la vida que no debemos desaprovechar y mantener en nuestra agenda anual mientras podamos subsistir en esta nuestra sociedad