Era la tercera vez que visitaba Portugal, pero ahora de forma distinta, en autobús, tiene un encanto especial, una forma activa de viajar y conocer paisajes, ciudades, y pueblos.
Todo comienza en la elección con tiempo de antelación del contrato con la empresa para tener un lugar apropiado en el autobús.
El día de salida no duermo porque en el lugar donde vivo, Almería, se encuentra lejos de todo. Tres de la madrugada, camino de Granada, para recoger compañeros de viaje en itinerancia, hasta llegar a Sevilla que va recogiendo personas de diferentes localidades, que asistirán a diferentes circuitos.
Por fin estamos todos los compañeros del viaje "Lo mejor de Portugal", camino del mismo.
La primera visita espiritual la realizamos en Fátima, me pareció en su parte interna un lugar de sensaciones diversas, noté en el ambiente la esperanza y desesperación, la fe, oración y la mística. En cambio en los alrededores senti como las personas necesitan del lugar como algo tangible, el materialismo de nuestra sociedad, por la venta de productos relativos a el sentimioto religioso de la virgen de Fátima.
Llegamos a Coimbra, donde aquella noche pude degustar el excelente bacalao que tanta fama tiene en la cocina portuguesa.
Por la mañana visita a la ciudad de Coimbra famosa por su Universidad, siendo cuna de nacimiento de reyes portugueses, mantiene sus calles estrechas y sus tradiciones universitarias que son las que le dan vida a esta ciudad al sur del Duero. Realizamos la panorámic con mas o menos rapidez, fotos de rigor, guia local que nos explica la historia de la misma, que en el momento te llama la atención pero que ahora mismo me acuerdo de muy poco. Durante este día visitamos Luso, importante por la buena calidad de sus aguas y por la tarde visita al parque natural de Bucaco donde sentimos la belleza de la Naturaleza, una ruta de senderismo por este grandioso bosque donde pudimos apreciar una gran cantidad de especies vegetales distintas.
El tercer día salimos temprano del hotel, con desayuno buffet libre, muy bueno en todos los hoteles portugueses (Tívoli, Tiara y Corinthia) y una excelente puntualidad de todos los compañeros del viaje.
Llegada a Aveiro donde hicimos una excursión en barco por sus canales, denominada la "Venecia portuguesa", conserva de almacenes de sal, es una mezcla de lo antiguo con lo moderno, ciudad que vive especialmente del turismo portugués. Por la tarde llegamos a Oporto visitando una de sus bodegas con la degustación del vino, para continuar con la visita panorámica nocturna del mismo. La encontré pobre de iluminación, esperaba otra cosa que cambió para mí al día siguiente. Durante esa noche visitamos las famosas cafeterías, que por cierto el café portugués muy bueno pero muy poco.
El cuarto día, en Oporto ciudad Patrimonio de la Humanidad, una de las ciudades mas encantadoras que he visitado, su casco histórico tiene una belleza singular unido despues al recorrido en barco típico en el crucero de los seis puentes, disfrutando desde una perpectiva diferente desde el mismo Duero. Por la tarde salida a Guimaraes donde estuvimos en el Pazo de los duques de Braganza, a su entrada tuvimos la suerte de encontrarnos con un coro de jovenes que nos deleitaron con una pieza musical digna para nuestros oidos en este marco incomparable. Después salida para ir a visitar el santuario de Bom Jesus do Monte, con sus escaleras y fuentes que salvan un desnivel de 116 metros, otro lugar de peregrinación pero personalmente lo encuentro como un lugar de leyenda religiosa completamente distinto a Fátima.
Quinto día destino a Nazaré pueblo pescador donde tuvimos ocasión de degustar el marisco de la zona, por la tarde partimos hacia el recinto amurallado de Obidos, lugar pequeño, encantador, lleno de historia y tradición, que se debe de conservar. Este día fue muy agotador respecto al autobús, desplazamiento largo hasta llegar a Lisboa donde realizamos la visita panorámica nocturna, una maravilla los Jerónimos por la noche, comparativamente en la noche mejor Lisboa que Oporto.
El sexto día fue Lisboa donde destaco como todos, la visita al castillo San Jorge, el barrio de la Alfama, Avenida de la Libertad, Plaza Rossio, y la Torre de Belem. He visitado dos veces Lisboa y noto que me falta siempre mucho por ver, tengo la sensación que no es un lugar para ir unos días sino para pasarse un mes allí y notar su belleza, su ambiente, su historia. Por la tarde fuimos a Sintra visitando el Palacio de la Villa, lugar eminentemente turístico que ha cambiado en su aspecto externo.
Aquella última noche en Lisboa viví uno de los momentos mas inolvidables de mi vida, fue la noche de los fados, donde varios cantantes interpretaban sus sentimientos con una musicalidad y tonalidad excepcional, que llegaba a los oídos de los neofitos en este tipo de música con una sonoridad especial y diferente que te ensalzaban todas tus emociones y sentimientos. Para mí fue sublime esos momentos, hora y media que merecio la pena vivirla, sentirla y disfrutarla
Pero el septimo día fue el mas largo con parada en Elvas para realizar las compras, porque según la guía era el lugar adecuado y mas barato para comprar. Resulta que todo un autobús nos metimos en una pequeña tienda donde le hicimos el julio y el agosto.
Nuestra peregrinación termina tras un largo día de recorrido en autobús hasta llegar casi a las tres de la madrugada a mi querida Almería, tan lejos y tan cerca de mi.
P.-S.